El vértigo, también conocido como mareo, es un problema frecuente. Aproximadamente el 30 por ciento de los habitantes de Alemania lo han padecido al menos una vez en la vida. Las probabilidades de padecer vértigo aumentan significativamente con la edad: más del 30 % de las personas de 60 años o más y el 50 % de las de 85 años o más sufren mareos recurrentes o pérdida del equilibrio. Para los médicos, es muy importante la caracterización y categorización de los síntomas del vértigo. Hay varias formas de describir mejor el tipo de vértigo: cuánto dura la crisis de vértigo, cuáles son los desencadenantes específicos y los síntomas acompañantes.
Un dato importante para el diagnóstico es: ¿Cuánto dura la crisis de mareo? ¿Y cuánto tiempo transcurre entre una y otra crisis de mareo? Aquí encontrará las diferencias más importantes con respecto a la duración del vértigo:
VLas crisis de vértigo se pueden producir sin ningún desencadenante obvio. Este es el caso, p. ej., de la enfermedad de Menière o de ciertos problemas cardiovasculares o migrañas. No obstante, en muchos casos, los desencadenantes del mareo se pueden identificar claramente:
El vértigo no solo se deriva de determinados movimientos o situaciones. También puede aparecer como síntoma concomitante de otras enfermedades. Por lo tanto, siempre es importante analizar los síntomas del mareo con el médico.
Es frecuente que los pacientes a menudo no solo padezcan mareo, sino que también presenten otros síntomas. Hay determinados síntomas concomitantes que indican determinadas causas. Por lo tanto, la descripción de los síntomas concomitantes es importante para cualquier diagnóstico.
Los síntomas vegetativos (que afectan el sistema nervioso autónomo) graves concomitantes, como náuseas o sudoración, pueden indicar un trastorno del propio sistema del equilibrio.
El mareo migrañoso de aparición espontánea a menudo se acompaña de una mayor sensibilidad a la luz y al ruido. La luz y el ruido también pueden ser desencadenantes de este tipo de vértigo.
El vértigo rotacional en la enfermedad de Menière se suele asociar con hipoacusia y zumbido (acúfenos) en un oído. Asimismo, la sensación de ocupación del oído puede ser un síntoma concomitante en caso de enfermedad de Menière.
La vibración o el temblor aparente de un objeto que miramos fijamente se denomina oscilopsia. Este fenómeno también se produce, p. ej., en la neuritis vestibular.
A veces los propios ojos pueden temblar. El nistagmo (temblor ocular) se puede dar, p. ej., en el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) y la neuropatía vestibular o neuritis vestibular.
Estos síntomas concomitantes sugieren una conexión emocional o mental (psicógena) con depresiones o fobias (vértigo somatomorfo).
Los puntos negros ante los ojos al punto del colapso del sistema circulatorio (síncope) sugieren un descenso brusco de la presión arterial al levantarse (vértigo ortostático) o una arritmia cardíaca.
Si aparecen estos síntomas concomitantes del mareo, podrían ser indicativos de EM o de derrame cerebral.
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